Mérida, en Extremadura, fue declarada en 1993 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, debido a su excepcional legado histórico-artístico. Su teatro romano, erigido por Marco Vespasiano Agripa, es el monumento más emblemático y visitado de la ciudad. Su inauguración data del siglo I antes de Cristo.
La grada o cávea está dividida en tres tramos: Summa, Media e Ima. Estos niveles pueden albergar cerca de 6.000 personas y servían para acoger a las distintas clases sociales romanas que habitaban la ciudad. Delante de la cávea ima estaba la «orchestra», semicircular, en donde se colocaba el coro. Aquí en tres gradas, originalmente de mármol, se colocaban los asientos móviles de los senadores y las máximas autoridades que acudían a los espectáculos teatrales.
El escenario tiene 7,5 metros de anchura, 63 de longitud y 17,5 de altura total, está formado por dos cuerpos de columnas de orden corintio con basamentos y cornisas de mármol, adornado con esculturas en los espacios entre columnas y en él se abren tres puertas. En su parte posterior existen varias dependencias que eran utilizadas por los actores.
El teatro marca el centro de la ciudad y compone, junto con el anfiteatro y los jardines, un espléndido conjunto arqueológico. Se trata de uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo, en el que todos los veranos se organiza además un festival de teatro clásico. Toda la información sobre este festival está recogida aquí.